Dado el momento crítico y sin precedentes que atraviesa Brasil en su crisis política, social y económica más grave, imprudente y sin precedentes, puede parecer, a primera vista, una situación peor que la actual. Pero, eso sí, podría ser mucho peor si no fuera por el predominio en este período, de buenos resultados del único segmento de la economía que mantiene resistentes los pilares de sustento y mantenimiento de la riqueza nacional: la agroindustria.
Estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) proyectan un crecimiento de la población mundial que alcanzará los 9 mil millones de personas en las próximas cuatro décadas. Este crecimiento será directamente proporcional a la demanda de alimentos, que se espera que aumente de los actuales 2.150 millones a 3.500 millones de toneladas. De esta manera, naturalmente se impondrá a las naciones del mundo su particular aporte para incrementar la producción agrícola de manera sustentable y así lograr el incremento necesario del 70% para entonces.